mayo 15, 2007




Defiendo mi propia epistemología y los modos que tengo de ver mi vida, me he dado cuenta que comparto muchos puntos con Humberto Maturana y su visión matríztica de la sociedad. No entraré en detalles (aún) acerca de su visión, pero sí me detendré en un aspecto que me hizo mucho sentido. Es lo referido a la aceptación de las visiones de los otros. Es la parte que define a Maturana como constructivista. No entraré en las latas teóricas porque no sólo psicólogos leen este blog. Por lo mismo, iré directo al grano:




Construyendo el mundo en conjunto

La sociedad actual es parte de un sistema sociocultural que se ve englobado por diversas características, siendo una de ellas el patriarcado. Dicha visión de mundo, es la que hace que nos limitemos, neguemos y nos apropiemos de la verdad. Lo contrario a esto, sería la aceptación implica que no neguemos al otro. Esa forma de amar, de aceptar al otro como un ser válido, implica que el mundo lo podemos construir sin una verdad absoluta. La verdad o verdades son siempre en relación al contexto específico de cada persona. Bajo esa visión y citando a Maturana, pasamos de una concepción de Universo, a Multiverso.
¿Es posible realmente pensar así?
Difícil pregunta, y la respuesta es aún más complicada. Sí ya se adelantaron y contestaron afirmativamente, piensenlo nuevamente. Son temas realmente duros los que surgen acá como la ciencia, libertad, la vida, muerte y otros temas de gran filo. Por ejemplo, se abren las siguientes preguntas:
¿Es la medicina una obligación de aceptar? ¿Es el mejor remedio? ¿Por qué un médico salvará a una persona aunque esta no quiera ser salvada? ¿Acaso eso no es coartar la libertad individual? ¿Por qué la vida es un valor universal en nuestra sociedad?
Toda nuestra cultura está centrada en una aceptación absolutista de la vida. Y negamos en su totalidad a quienes piensen lo contrario. Esto sucede tanto a nivel social como político, legal, religioso, etc. Hoy una compañera contaba como la trataron de asesina al haber "dormido" a su perro luego de que le hayan diagnosticado una enfermedad. Si es que uno se intenta suicidar, y no lo logra, te presentan cargos y te llevan detenido porque fallaste a la ley. Y siendo autocrítico con la profesión, si llega un paciente que se quiere suicidar, uno intentará convencerlo de lo contrario. Podría seguir horas dando ejemplos similares.
La invitación que nos hace Humberto Maturana, es a aceptar las posturas de los otros. Co-construir la realidad juntos. Si tu piensas que la vida es lo más importante, muy bien me parece, pero no es posible que se le imponga dicha visión a una persona con criterio formado y con la capacidad de tomar sus propias decisiones. Ahí es donde entra la negación y por lo tanto, es justamente lo contrario al amor, entendido como la aceptación del otro.
Realmente me disgusta ver en la Televisión a políticos, por ejemplo de derecha que han optado por censurar a la serie de TV Papa Villa, negándole el acceso a todos, porque ellos se sentían ofendidos. No quiero parecer infantil, pero es el ejemplo de la negación de la libertad del resto.

Tuve la suerte de tener una presentación de una de las creadoras del proyecto Jocas. Las Jornadas Conversacionales sobre Sexualidad y Afectividad, es un proyecto netamente constructivista. Se plantea desde el sujeto, abierto a cualquier opinión, sin sesgar ni obligar a nadie. Proyectos como este son los que faltan en la sociedad. Acá los estudiantes hacen sus propias preguntas sobre sexualidad, y son respondidas entre ellos, para luego ser corregidas y orientadas por profesionales en diversas áreas. Un psicólogo, un médico y un representante de la religión en la que se orienta el colegio. Esa perspectiva, donde se enmarca el proyecto, justamente está abriendo las miradas con el fin de generar una conciencia de las propias decisiones.

La clave de mis nuevas perspectivas se basan en que por un lado hay seres que te fuerzan ya sea social, religiosa, ética o legalmente a adoptar una postura. Pero al mismo tiempo tenemos seres irreflexivos que ni se cuestionan verdades impuestas, y las dan como si fueran opciones de su propia libertad. Este lado pasivo de las personas creo que es fundamental de comentar, y que como toda visión, da a conocer otra postura.

Como ha estado de moda el tema de la secta de pirque, estuve viendo la televisión donde los padres de uno de los residentes de ese lugar manifestaron con certeza absoluta que a su hijo le habían lavado el cerebro. Tuve que partir a la universidad y me perdí la respuesta del aludido, pero me quedé seriamente reflexionando acerca de lo que le dijeron sus padres. Por un lado con lo del lavado de cerebro, se refieren a que a su hijo le impusieron una idea o varias y las cuales él no está consciente. Por otro lado, reflexioné acerca de qué puede hacer el hijo para refutar tajantemente la opinión de sus padres. Perfectamente, sí fuera una persona con criterio formado, podría manifestar su cordura al criticar abiertamente el modelo en el cual él está inserto, para luego contrastarlo con el de la sociedad normal, y así mostrar una conciencia de las ventajas y desventajas de su estado, y así justificar su elección.

Creo que con una persona que se sitúa en una visión, debe ser conciente que su elección no es solamente elegir algo, sino que implica dejar otras cosas de lado. La persona que opta por la religión católica, concientemente o no, está dejando de lado la religión judía, mormona, evangélica, musulmán, hinduismo, etc. Creo que el problema no radica en cuan apegado esté uno a postura, sino que radica en cuán consciente es uno de ello.

He reflexionado junto a varias personas acerca de dicha conciencia, y creo que para las religiones es un tema fundamental. Si las personas empezaran a tener conciencia de algunas cosas, como los dogmas (que se basan en la aceptación sin cuestionamiento por definición), muchos se alejarían de la religión. Pero si la persona está de verdad conforme con su opción, sabiendo que está dejando de lado otras cosas y al mismo tiempo está feliz con su opción, me parece muy correcto. Y creo que es uno de los bastiones de una sana espiritualidad.

Ese aspecto es fundamental para mí. Creo que los demagogos, ciertos políticos, clérigos, abusan de la verdad. Todos se consideran dueños de ella, sin embargo, la verdad se la construirá cada uno. En vez de que un religioso intente políticamente de imponer una idea, o excomulgar para que le hagan caso, debe mostrarse abierto a que las personas son capaces de tomar sus decisiones, que poseen criterio, y que la misión del clero, no es forzar, sino que orientar, mostrar su visión y argumentar por qué sería beneficioso seguirlos.

Mi opinión no va solamente hacia los que imponen la verdad, sino que también a los que la aceptan sistemáticamente. Es bastante cuestionable que una persona acepte verdades sin darse cuenta que deja de lado otras cosas. A mi parecer esos pasos, los dos; el imponer y el no cuestionar, constituye lo que se conoce como lavado de cerebro.





2 comentarios:

Carolina S. Puyol W. dijo...

Toda la razón. No puedo agregar mucho a lo que escribiste porque encuentro que está muy bien escrito, explicado y reflexionado lo que escribiste.

Considero, al igual que tú que el imponer las ideas y tratar de tener la razón casi que por quien grita más fuerte, es una vergüenza de nosotros como sociedad. Y por eso es que estamos como estamos.

Felicitaciones!!

Anónimo dijo...

Las religiones, ideologías, filosofías y hasta partidos políticos seguirán tratando de imponer su verdad al resto, más que mal ese es su trabajo: tratar de convercer al resto y que las personas acepten vivir bajo tal ideología/religión/filosofía, etc.
Por lo tanto, el cambio fundamental debe venir de las personas mediante el cestionamiento, la refelexión y poder decidir activamente qué es lo que quiero para mi. Es por eso que me siguen sorprendiendo algunas de mis ex compañeras de colegio católico que jamás se plantean preguntas acerca de su religión. Desde el catolicismo al menos, no se estimula la capacidad crítica de las personas y menos sus reflexiones. De hecho, en clases de religión no respondían preguntas como: ¿por qué la virgen es virgen? o ¿cómo saben que Jesus fue efectivamente el hijo de Dios?.
¿Tendràn miedo las religiones o ideologías a la reflexión de las personas?