junio 14, 2007



Siempre intuitivamente, últimamente no tanto, he tenido una visión constructivista del mundo. Hasta ahora no me había convencido del todo, pero gracias a una maravillosa experiencia me dí cuenta de que estos malditos desgraciados tenían razón: somos una masa uniforme que nos movemos entre contextos adecuándonos a ellos. Los contextos poseen reglas que permiten la diferenciación entre ellos y al mismo tiempo, dichas reglas constitutivas son las que descartan o admiten miembros a su contexto.
Menciono el término de reglas constitutivas porque sin las reglas, no existe el contexto. Es como el ajedrez, sin las reglas, el juego no existe. Acá el contexto se constituye por las reglas que lo definen. Quedará todo más claro con el ejemplo que daré y que es justamente la experiencia que me tocó vivir.





Estaba esperando a mi novia Paula a la salida del Metro, como a 20 metros. Al lado de la salida se forma una fila para recibir el clásica diario gratuito. Me situé a 20 metros dando la cara a la salida del metro. De a poco, la fila de la entrega del diario se fue alargando hasta que estuvo a mi altura. Me di cuenta antes que sucediera y me quedé quieto. La fila llegó a mi altura y la gente empezó a ponerse atrás mio. Minutos más tarde la fila se pone en marcha, avanzan y cuando llega mi turno de avanzar, no lo hago. La gente atrás mio me mira extrañada y me salta.

La situación es más que simple, es cotidiana, pero es demostrativa de cómo los contextos se construyen en conjunto. Yo estaba esperando, ese era mi contexto, una persona quieta esperando a otra, simples reglas que cumplir; lo interesante es que dichas reglas coincidieron justamente con otro contexto que se estaba más adelante que el mío. Al momento en que se fusionaron los contextos, yo cumplí por instantes las reglas del contexto de la fila. Pero en el instante en que dejé de cumplirlas (no avanzar a recoger el diario), me expulsaron arbitrariamente del contexto.

Así es como con una situación tremendamente cotidiana, se me ha dado evidencia reflexiva para realmente creerme el cuento de los constructivistas. Traten de mirar con estos ojos las situaciones más simples a las que se enfrenten, se llevarán más de una sorpresa.

2 comentarios:

SmellWing© dijo...

Es el complejo-del-chileno-de-hacer-filas muy popular en los mitos de derecha de ese país.

:P

Diego Gajardo dijo...

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Sabe que le encontre toda la razon... y nunca me habia puesto a pensar en eso... quede como con caldo de cabeza... sera en todo orden de cosas asi?

Saludos...

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